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Patronato de Almería

1.08 Torregarcía – El Pocico – Torregarcia

Esta ruta discurre por el extremo occidental del Parque Natural de Cabo de Gata, nos encontramos un paisaje singular, en el que se mezclan el color grisáceo de las dunas de arena y el verdor de los arbustos, de los que destaca el Azufaifo (Ziziphus lotus).

El Azufaifo es un arbusto espinoso que puede alcanzar los dos o tres metros de altura y que se caracteriza por sus ramas zigzagueantes. Sus profundas raíces pueden llegar a extenderse horizontalmente hasta 15 metros, y alcanzar una profundidad de 60 metros.

En el terreno aparecen distanciados entre si, debido a la competencia por el agua disponible, formando un paisaje de pequeñas islas de vida, convirtiéndose en la planta clave que hace posible este ecosistema.

Vamos a ver detenidamente el panel informativo de la Junta de Andalucía que nos muestra una fotografía de este hábitat:

HACEMOS UNA AMPLIACIÓN DEL PANEL, DIVIDIÉNDOLO ES DOS:

ZONA DE PASO PARA AVES MIGRATORIAS. El azufaifar es uno de los últimos lugares de Europa donde numerosas aves migratorias descansan y toman alimento antes de viajar con destino a África.

SECUESTRO DE CARBONO. La gran estructura aérea y subterránea del azufaifo y su funcionamiento ininterrumpido, permiten que el ecosistema fije grandes cantidades de carbono tanto en la superficie como en profundidad.

 

MOVILIZACIÓN DE AGUA SUBTERRÁNEA. El azufaifo mantiene el funcionamiento de todo el ecosistema gracias a su capacidad de acceder al agua subterránea a través de sus profundas raíces.

ENEMIGO DE LA DESERTIFICACIÓN. Con sus raíces y su estructura, el azufaifo evita la pérdida y degradación del suelo.

PROTECCIÓN Y HABITAT DE LA BIODIVERSIDAD. Con su estructura intrincada y el gran dosel vegetal que ofrece el azufaifar protege a especies acompañantes de flora y fauna, proporcionándoles alimento y refugio.

MANTENIMIENTO DE INSECTOS PARA LA AGRICULTURA. El azufaifo hospeda y proporciona alimento a numerosas especies de insectos que se utilizan en lucha biológica.

 

 

Multitud de invertebrados, mamíferos y aves encuentran su hábitat en estas formaciones. Se convierte en un autentico refugio por sus ramas zigzagueantes y espinosas, y por encontrar en sus hojas y frutos su alimento.

Aunque aparentemente parezca que exista vida, con una gran cantidad de fauna que puebla este espacio: Lagartija colirroja, Mochuelo, Alondra de Dupont, Alcaraván, Conejo, Cernícalo común, Lagarto ocelado, Culebra de escalera, Culebra bastarda, Abejaruco, Alcaudón, etc…..

 

LA IMPORTANCIA DE CONSERVAR ESTE ESPACIO NATURAL CONLLEVA EL MÁXIMO DE RESPETO A TODO LO QUE FORMA PARTE DE ÉL. NO HAY QUE OLVIDAR QUE ESTAMOS EN EL PARQUE NATURAL DE CABO GATA, Y HAY QUE CUMPLIR LA NORMATIVA EXISTENTE.

Y SI ES POSIBLE, CONTRIBUYE RECOGIENDO LA BASURA QUE PUEDAS ENCONTRARTE.

 

RECORRIDO:

Este itinerario debemos disfrutarlo conociendo todas las posibilidades que nos ofrece, no solo es caminar, es observar lo cercano y disfrutar los paisajes que nos ofrece, es conocer la historia que nos rodea: la atalaya, los restos arqueológicos romanos de una factoría de salazón, El Pocico, las playas fósiles, conocer el Azufaifo y la vida que cobija, caminar entre dunas,………………

 

Ortofoto de la ruta

 

Puntos de interés señalados en la ortofoto.

 

 

VAMOS A REALIZAR EL SENDERO FOTO A FOTO:

 

Iniciamos esta ruta en el aparcamiento (1) que hay junto a la Ermita de Torregarcía (2) . El recorrido es circular.

 

A nuestra derecha podemos contemplar la Atalaya de Torregarcía.

 

Desde la Ermita tomamos la pista Noreste y en el primer cruce tomamos a la derecha, llegando a la carretera asfaltada. La cruzaremos y continuamos por una vereda (Foto A), a nuestra derecha la pista principal que dirección Sureste nos llevaría a Cabo Gata. Podemos contemplar la atalaya de Torregarcía (Foto B). Pista principal, que tomamos para continuar nuestro recorrido. Continuamos y a nuestra izquierda nos encontramos un Panel Informativo sobre el Azufaifo (Foto C), y andados unos diez metros a nuestra izquierda tomamos la vereda (Foto D) que dirección Noreste vamos a continuar.

 

Foto A

 

Foto B. A nuestra derecha el camino principal que va a Cabo Gata y la Atalaya.

 

Foto C. El panel está situado unos diez metros antes del desvío que debemos tomar a la izquierda por la vereda.

 

Foto D. Dejamos la pista principal, y tomamos la vereda a la izquierda.

 

Seguimos el camino-vereda que nos lleva dirección Noreste. En el horizonte vemos la Sierra de Cabo de Gata.

 

Si miramos lo andado, contemplamos el punto de salida (La Ermita, la Atalaya y el Cuartel de la Guardia Civil). Y en el horizonte la ciudad de Almería y la Sierra de Gádor.

 

El Azufaifo se hace presente.

 

Si divisamos al Norte, contemplamos Sierra Alhamilla, y su cota más alta, el Pico del Colativí.

 

Unas vistas impresionantes.

 

 

 

Vamos dirigiéndonos hacia el Norte. Paralelos a nuestra derecha con la Rambla de las Amoladeras. Al fondo Cabo de Gata.

 

Tomamos contacto visual con una antigua instalación eléctrica. Hacia donde nos dirigimos.

 

Continuamos junto a unas señales de Coto de Caza, seguimos tomando como punto de referencia la antigua instalación electrica.

 

Nos paramos a contemplar los innumerables ejemplares de azufaifos que nos encontramos, así como el resto de vegetación, entremezclados con las dunas. Un entorno que podemos sin salir del municipio de Almería.

 

Ya hemos llegado a la antigua central eléctrica (3).

 

Seguimos dirección Noreste por el camino-vereda.

 

Atrás dejamos la antigua instalación eléctrica.

 

Al Norte seguimos divisando Sierra Alhamilla. Vamos tomando dirección Este para encontrarnos con la Rambla de las Amoladeras.

 

Llegamos a la Rambla de las Amoladeras.

 

Descendemos por dicha Rambla, dirección Suroeste.

 

Encontrándonos, en el margen derecho del cauce, con «El Pocico», que da nombre a la ruta que estamos realizando.

 

El Pocico (4), o también llamado Pozo de las Amoladeras, o Pozo de Torregarcía. Hasta aquí hemos recorrido 3,3 km.

 

De origen romano, construido en el Siglo I a.C.

 

La característica más notable del mismo es un brocal de mts de altura., de los cuales, los dos más inferiores se encuentran revocados, lo que da un aspecto de chimenea.

 

Existen tres bocas a distintos niveles para acceder a la polea que alza el agua del pozo.

 

 

 

Desde El Pocico, con la visión rambla abajo (al Suroeste). En el margen izquierdo podemos apreciar «una playa fósil». A la que nos dirigimos.

 

Playa fósil (5)

Desde este punto (5) Playa fósil, mirando al Noroeste contemplamos «El Pocico» y en el horizonte, Sierra Alhamilla.

 

Continuamos nuestro camino dirección Sureste.

 

Un tramo de esta ruta transcurre entre un bosque de pitas.

 

Tomando como referencia el mar, nos dirigimos a él, hasta encontrarnos el camino principal, continuamos y nos encontramos otra pista que tomamos dirección Oeste, hacia Retamar.

 

Continuamos nuestra caminata, a nuestra izquierda el mar, al frente la Atalaya, hacia allí nos dirigimos.

 

Llegamos a la Factoría romana de salazones (7)

 

 

 

 

 

El mar, como parte esencial de este recorrido.

 

La Atalaya (8), el Cuartel (9) y la Ermita (2).

 

 

Llegamos al final de nuestro recorrido (10). Hemos andado 6,6 km.

 

La Ermita de Torregarcía y Retamar.

 

 

ERMITA DE TORREGARCÍA (2)

La Ermita de Torregarcía está dedicada a la Virgen del Mar, construida a mediados del siglo XX y situada en el paraje de Torregarcía, cerca de la atalaya del mismo nombre.

En 1.502 el vigía de este torreón, Andrés de jaen descubrió varada en la playa una imagen de la Virgen María, de estilo gótico y tallada en una sola pieza en madera de nogal. La así llamada Virgen del Mar se considera patrona de Almeríaa finales del siglo XVII, aunque el patronazgo no fue aprobado oficialmente hasta 1806 por Pio VII.

No fue hasta 1953 cuando se levantó a instancias del entonces alcalde, Emilio Pérez Manzuco, y del hermano mayor, Miguel Viciana González, y en el lugar exacto de la aparición de la imagen, la ermita actual, cuyos planos firmó el arquitecto municipal Guillermo Langle.

La ermita tiene una inusual estética de reminiscencias africanas, marcada probablemente por el Movimiento Indaliano. La planta octogonal y la cubierta en cúpula de media naranja. En el exterior, sostenido por sólidos contrafuertes, se abren vanos circulares y una gran puerta de entrada. Está decorada con un mosaico de Luis Cañadas Fernández.

En su inmediaciones se celebra la popular Romería de la Virgen del Mar el segundo domingo de cada mes de enero.

 

FACTORIA DE SALAZONES ROMANA DE TORREGARCIA (7)

La factoría de salazones de Torregarcía fue creada por los romanos (218 a. C. – 409 d. C.) para aprovechar la riqueza pesquera del mar. Esta industria se basaba en el salazón (pescado salado) y fabricación de garum (salsa de pescado), en varias fases:

  1. Captura y limpieza. Tras la captura del pescado se realizaba las limpiezas de las piezas, bien en el barco, o bien en el patio central de la fábrica.
  2. Secado y maceración. En esta fase el pescado se troceaba y secaba al sol. A continuación, se introducía en las balsas, previamente rellenas de sal durante unos veinte días. Cerca de las pilas se construía un pozo para abastecer la necesidad de agua del proceso.
  3. Envasado, transporte y comercialización. Secado del pescado, se introducía en ánforas, donde se conservaba, para su transporte. La forma de pico de las ánforas permitía clavarlas de pie en la arena y colocarlas sobre peanas. Estas eran cerradas con una tapadera e madera, que posteriormente se sellaban con cal, y sobre las que se inscribían los datos de los comerciantes. Los datos de los productos contenidos y de las distribuciones, se colocaban en la zona alta de la panza y el cuello, a modo de etiqueta.

Otra actividad complementaria que se realizaba en torno a la factoría, consistía en la obtención de púrpura utilizado como colorante de tejidos. En este caso se utilizaba un molusco de género Murex (cañadillas).

 

LA INDUSTRIA ROMANA DE SALAZONES (7)

Se encuentra usted en los restos de una antigua factoría romana de salazones. En época romana, las costas andaluzas y levantinas estaban salpicadas de diversas factorías de este tipo. La sal fue, hasta la aparición de la relativamente reciente industria conservera, a principios del siglo XIX, el principal conservante de los alimentos perecederos.

La obtención de la sal proviene de los fenicios, aunque serían los cartagineses quienes intensificaron esta actividad. Todas las industrias romanas de salazón se asientan sobre establecimientos púnicos. Probablemente, la sal procedería de las cercanas salinas de Cabo de Gata, construidas aprovechando la presencia de una antigua albufera. Las factorías eran abastecidas de la otra materia prima, el pescado, mediante varios sistemas de captura destacando, en época romana, al igual que hoy día, la pesca con red.

Estas factorías producían varios alimentos, como por ejemplo el thonino, pescado conservado en salmuera. Pero el más apreciado era el gurum, una salsa, subproducto de la anterior, elaborada a base de partes blandas de los peces (intestinos, gargantas, fauces, etc.), a cuya carne, convenientemente salada, se añadían pequeños peces enteros como anchoas. Todo ello se colocaba en una solución de salmuera y se dejaba al sol durante dos meses. Si se quería acelerar el proceso se transportaba en marmitas a una sala caliente, donde se activaba la evaporación de la salmuera. Finalmente, se dejaba enfriar, y la pasta resultante, de un sabor picante semejante a la actual salsa de anchoas, se vertía en ánforas. El garum fue un exquisito manjar para las ciudades del mediterráneo durante muchos siglos, y está atestiguado su uso en Atenas en el siglo V a.C., perdurando hasta la Edad media. El garum más valorado era el de caballa, que alcanzaba precios prohibitivos. Las factorías de más renombre se ubicaban en Cartago Nova, actual Cartagena y Belo Claudia, en las proximidades de Tarifa (Cádiz).

La factoría está presumiblemente completa. Se ha excavado un total de 13 piletas grandes, donde se colocaban los distintos tipos de pescado. Alternan con un gran número de piletas pequeñas, dedicadas a la obtención del garum, todas ellas cubiertas probablemente por una techumbre de cañizo. Estas piletas se disponen formando el contorno de la factoría, dejando un patio central descubierto, donde abría bancos de trabajo para limpieza del pescado y dependencias para conservar los utensilios.

 

ATALAYA DE TORRE GARCÍA (8)

Se encuentra usted ante la atalaya de Torre García, levantada en la segunda mitad del siglo XVI, durante el reinado de Felipe II. Se asienta en las inmediaciones de la única defensa medieval de origen musulmán que quedaba en pie cuando almería fue conquistada por el Reino de castilla en el año 1.488.

La función original de esta atalaya era vigía y transmisión de señales para la defensa del litoral frente a los piratas berberiscos, que por entonces efectuaban numerosas incursiones. Esta torre estaba conectada con otras visualmente. Mediante fogatas por la noche y ahumadas por el día, los torreros comunicaban la presencia de peligro a otras torres y poblaciones. Este procedimiento de dar alarma era típicamente musulmán. Tras una reparación en el siglo XVIII, y servir de apoyo a las labores de vigilancia de la Guardia civil, fue abandonada durante décadas. A finales de los ochenta fue restaurada por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.

En el año 1.502 fue descubierta en sus proximidades la imagen de la Virgen del Mar, patrona de Almería, como conmemora la lápida de la torre. Actualmente se celebra una romería en la ermita cercana, durante segundo domingo del año, en la que los fieles acompañan a la imagen desde la Iglesia de la Virgen del Mar, en Almería, hasta la ermita levanta aquí en su honor.

 

ANTIGUO CUARTEL DE CARABINEROS (9)

Frente a la playa de Torregarcía, muy cerca de la ermita y del torreón del mismo nombre, con los que comparte explanada, nos encontramos lo que fue un antiguo Cuartel de la Guardia Civil, ahora restaurado para formar parte del equipamiento del Parque Natural. Se trata de un edificio de planta baja, de forma rectangular, con una superficie construida aproximada de 295 m².

 

EL POCICO (4)

El Pozo de las Amoladeras, conocido también con el nombre de El Pocico o el Pozo de Torregarcía, es un pozo situado cerca de la desembocadura de la Rambla de las Amoladeras, de origen romano, construido en el siglo I a.C., y realizado en mampostería. La característica más notable del mismo es un brocal de 5 mts de altura, de los cuales, los dos más inferiores se encuentran revocados, lo que le da un aspecto de chimenea, pudiendo ser confundido por aquellos que no lo conocen con una torre o una antigua chimenea de fundición. Su aspecto se debe a que a lo largo del tiempo el agua ha ido erosionando el lecho de la rambla, haciéndolo cada vez más bajo; de ahí la impresionante altura del brocal. Debido a esto existen tres bocas a distintos niveles para acceder a la polea que alza el agua del pozo.

Este pozo fue construido para proporcionar el agua potable a la colonia romana, de cuyos restos tenemos la Factoría de Salazones existente junto a la atalaya de Torregarcía. En tiempos recientes abasteció a la guarnición del Cuartel de la Guardia Civil.

 

Descarga de documentos

1 Ficha Técnica El Pocico

1 Ficha Técnica El Pocico

2 Perfil El Pocico

2 Perfil El Pocico

3 Puntos de Interés

3 Puntos de Interés

4 Topográfico El Pocico

4 Topográfico El Pocico

5 Ortofoto El Pocico

5 Ortofoto El Pocico

6 Archivo (GPX) El Pocico

6 Archivo (GPX) El Pocico

7 Archivo (KMZ) El Pocico

7 Archivo (KMZ) El Pocico

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