Noche ‘Entre Copas’ para disfrutar del teatro de la mano de cuatro grandes actores en el Auditorio

La crisis de los 40 se trasladó anoche, viernes, al escenario del Auditorio Maestro Padilla, con cuatro grandes actores, Juanjo Artero, Ana Villa, Miriam Cabeza y Patxi Freytez, que interpretaron la obra ‘Entre copas’. Y es que el vino juega un papel fundamental para que los protagonistas se desinhiban y reflexionen sobre la madurez, la pareja, la soledad, el amor y la amistad. El humor se mezcla con la melancolía, en una obra para reflexionar, que han representado de manera brillante, dentro de la programación de otoño del Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería.

Es una historia llena de matices, donde Juanjo Artero, que interpreta al personaje de Andrés, un productor, actor, fracasado y a punto de casarse con su novia rica, consigue con mucha maestría que el público vea a un hombre inmaduro e infantil, que no quiere responsabilidades. Un vividor que se niega a madurar. Por su parte, el actor Patxi Freytez interpreta perfectamente al amigo Miguel, divorciado, pesimista, poco valiente y un escritor mediocre.

La obra se desarrolla en unos viñedos, donde estos amigos deciden celebrar la despedida de soltero de Miguel, conocen a dos sommeliers que trabajan en bodegas de la zona, la actriz Elvira Cuadrupani, que interpreta a Amaya, y Ana Villa, que da personalidad al personaje Terra. La primera muestra a una mujer fuerte, independiente, aportándole un carácter amable y luchador. Por su parte, Terra transmite alegría, confianza, y consigue que el público se compadezca de ella al ser engañada por Andrés.

La actuación de los cuatro actores es brillante, directa y sencilla de entender, transmitiendo los miedos y alegrías de estos personajes. Todo esto sucede en un escenario liviano y muy eficaz para el desarrollo de la obra. Dirigida por la experimentada dramaturga Garbi Losada y basada en una novela de Rex Pickett, es una comedia llena de detalles, en apariencia amable, divertida y serena, pero que conforme avanza se muestra llena de cargas de profundidad que, por momentos, la vuelven inquietante y resbaladiza. Y es que el tiempo obliga a todos, aunque no se quiera, a madurar, lo que no significa que no se pueda seguir disfrutando de la vida. Y, anoche, desde luego, el público disfrutó con una gran representación teatral.