Morboria comparte la pasión y penurias de los cómicos en ‘Del teatro y otros males’

El Auditorio Maestro Padilla alzó el telón ayer a una nueva representación en las XXXVII Jornadas de Teatro del Siglo de Oro

Las dificultades que están pasando por culpa de la pandemia del Covid las artes escénicas no es algo nuevo. La vida del cómico es complicada y sólo una profunda vocación les permite seguir saliendo a escena cada fin de semana, olvidando los sinsabores de unas cuentas que no siempre cuadran. Ocurre ahora y en el siglo XVII. Eso lo sabe bien la compañía Morboria, que ha creado un texto en tono jocoso donde cuenta los vaivenes de una compañía donde el director tiene que anunciar el despido de todos los actores por falta de liquidez, pero se salvan gracias al contrato de un mecenas que ofrece el dinero que necesitan a cambio de representar en los esponsales de su única hija. La única condición es que incluyan en el reparto a su amante, una joven sin experiencia ni aptitudes para la interpretación.

La obra gira alrededor de los ensayos para el gran momento, y sobre el escenario enriquecen la representación con música, baile y un guión que viaja en el tiempo entre el siglo XVII y la actualidad, para hacer reír el público en la nueva sesión de las Jornadas de Teatro del Siglo de Oro, promovidas de manera conjunta por el Ayuntamiento de Almería, Diputación Provincial, Universidad de Almería, Ayuntamiento de Roquetas y Junta de Andalucía.

De este modo, el Auditorio Maestro Padilla se convirtió en la tarde de ayer en el corral de comedias de Morboria para representar ‘Del teatro y otros males que acechan en los corrales’. Una comedia en verso, con un texto hilarante, un ritmo trepidante, un vestuario cuidado, músicos en directo y mucho amor por el teatro.

Con texto de Fernando Aguado y dirección de Eva del Palacio, esta pareja artística también lo es en el plano personal, y llevan ya 35 años enseñando la belleza y alegría de las artes escénicas. Cabe destacar que la compañía también brilla por el atrezo y las máscaras, de las que realiza talleres, y que enriquecen esta comedia de enredo.

Durante hora y media se aprecia la calidad y el esfuerzo que supone una representación, el talento que se esconde detrás de cada personaje y la pasión que sienten por la interpretación bien hecha, artesana, pensada para hacer disfrutar al público. ¡Viva el teatro!