‘La Traviata’ emociona a los almerienses, en una cuidada producción con coro y orquesta

El Auditorio Maestro Padilla se vistió con las mejores galas para vivir una intensa noche en la ópera, con entradas agotadas

Lleno. Almería es cultura y lo demuestra en cada espectáculo programado por el Ayuntamiento, en un viaje que va desde la danza, al rock o la ópera. Existe público interesado en todos los géneros. Anoche, el Auditorio Maestro Padilla se vistió con sus mejores galas para disfrutar con la lírica y uno de los títulos más representativos, ‘La Traviata’, un drama en tres actos, con música de Giuseppe Verdi, y tres horas llenas de intensidad, calidad vocal y emociones.

A lo largo de este viaje musical se pudo vivir la belleza del bel canto, la cuidada escenografía, la espectacularidad del coro, la magnífica orquesta en directo, la elegancia del ballet y una historia de amor que conmueve. Una producción de ‘Ópera 2001’, un fijo en el programa del Área de Cultura, que de nuevo ha llenado todos los asientos.

La ópera tiene un hueco fijo en las programaciones del Área de Cultura y Educación del Ayuntamiento de Almería y la respuesta del público en cada una de las convocatorias así lo avala. En este caso ha sido una versión con libreto en italiano de Franceso María Piave, según ‘La Dama de las Camelias’ de Alejandro Dumas hijo. La obra se ambienta en el París y alrededores del año 1850.

Violeta es una de las heroínas más populares de todo el repertorio lírico. Sin embargo, al estrenarse la obra escandalizó por las críticas contra la burguesía y sus “vicios”, el juego, las mujeres… Independientemente del tema, la partitura se cuenta entre las que muestran al mejor Verdi: la eficacia dramática de la música va acompañada de novedades, sorprendentes en el plano armónico, melódico o rítmico, exhibiendo el compositor una ciencia completamente nueva.

El gran éxito de la ópera residió en la belleza constante de la escritura vocal, especialmente para el papel de Violeta, primero virtuoso, luego de un lirismo apasionado, a veces mórbido, casi suicida; el último acto es especialmente característico de esta nueva “manera” de Verdi, en la que el análisis psicológico se adelanta a las peripecias externas, hallándose el canto como investido por la profundidad de los sentimientos.

A lo largo de los tres actos se puede apreciar la belleza de la ópera en estado puro, con fragmentos mundialmente conocidos como el brindis inicial, titulado ‘Libiano ne’lieti calici’, y una versión en su conjunto que respeta el clasicismo de esta ópera. El público, de pie y con grandes aplausos respondió satisfecho al gran espectáculo operístico que vivió anoche en el Auditorio Maestro Padilla.