La obra invitada de Gustav Klimt prorroga su estancia en el Museo de Arte ‘Doña Pakyta’ hasta el 18 de noviembre

El dibujo del artista austríaco, previo a su obra ‘Adán y Eva’, aumenta dos semanas su exposición debido a la gran afluencia de visitantes

La gran afluencia de visitantes que ha tenido la última obra invitada en el Museo de Arte ‘Doña Pakyta’, ‘Joven de frente, con las manos en la espalda’, de Gustav Klimt, ha hecho que la pinacoteca, gracias a la colaboración que mantiene el coleccionista Manuel Alonso con la Fundación de Arte Ibáñez Cosentino, haya decidido prorrogar su exhibición hasta el próximo domingo, 18 de noviembre.

Serán, por tanto, dos semanas más para visitar una obra de uno de los autores más populares y prestigiosos de segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX en todo el mundo, precisamente en este año que se ha cumplido el centenario de su fallecimiento, en el marco de la programación del ‘Otoño Cultural’ del Área de Cultura, Educación y Tradiciones del Ayuntamiento de Almería.

Considerado como el más deslumbrante representante del Modernismo vienés, aunque Klimt es especialmente conocido por sus sensuales representaciones femeninas; por el decorativismo del que, influido por la estampa japonesa, hará gala en buena parte de su obra madura; y por los cuadros realizados durante su ‘etapa dorada’ (1903-1909), como ‘El beso’ o ‘el Retrato de AdeleBloch-Bauer’, a lo largo de toda su trayectoria se mostró como un excepcional dibujante, tanto en las piezas concebidas como obras en sí mismas, como en los numerosos bocetos y apuntes realizados como estudios previos, generalmente del natural, para algunas de sus más afamadas composiciones pictóricas.

Una parcela de su producción a la que, precisamente, pertenece el apunte del natural Joven de frente, con las manos en la espalda que se expone en el museo ‘Doña Pakyta’. Uno de los trece dibujos que Klimt realizó como estudios previos para el óleo ‘Adán y Eva’ conservado en la Galería del Belvedere de Viena. Una obra, inacabada, en la que el pintor trabajaba semanas antes de su fallecimiento, el 6 de febrero de 1918.

Desnudo femenino alejado, por motivos evidentes, del decorativismo que caracteriza la obra de Klimt, quien en la mayoría de sus dibujos y bocetos se mantuvo cercano a la tradición realista –que no académica–, en éste, figura femenina en la que se hace evidente la esencialización de las formas connatural a un dibujo realizado como estudio preparatorio para una composición mayor, rápidamente el espectador observará dos de los rasgos que caracterizan la obra de madurez del creador vienés: tanto su preferencia por la representación femenina, en este caso a través de un delicado estudio anatómico, de trazo firme y seguro; como la sensualidad, favorecida aquí por la pose de la modelo y la acentuada línea sinuosa –característica de Klimt afín a todos los artistas vinculados al Modernismo– que permite al artista definir el perfil de la misma, de la que siempre dotó a sus mujeres.