La musicalidad de Jesús Reina y la Franz Schubert Filharmonia emocionan en el Claustro de la Catedral

El Área de Cultura aúna la belleza de la arquitectura con la calidad de los músicos en un espléndido concierto, en la noche de ayer, sábado

Con la belleza arquitectónica del Claustro de la Catedral es imposible no ofrecer buena música. Pero si además el programa reúne el talento del violinista Jesús Reina y la calidad técnica de la Franz Schubert Filharmonia, bajo dirección de Tomàs Grau, el resultado es sublime.

Es lo que disfrutaron anoche los almerienses que asistieron a la nueva actividad del programa del Área de Cultura. La música clásica se ha convertido en un habitual de la programación con la Orquesta Ciudad de Almería, la Orquesta Sinfónica de la Agrupación Musical San Indalecio, la Orquesta de la Universidad de Almería y la Banda Municipal, más conciertos de estrellas como Jesús Reina. De esta manera en los últimos años se ha creado una experiencia alrededor de la música clásica que encantan a los almerienses, que acudieron de nuevo a la cita.

El programa ejecutado por Jesús Reina y la orquesta Franz Schubert Filharmonia ha permitido disfrutar en primer lugar del Concierto para Violín de Max Bruch, donde Jesús Reina estuvo especialmente brillante, demostrando su virtuosismo y musicalidad en la interpretación. En cuanto a la segunda obra, a los 21 años, Mendelssohn pasó una temporada en Roma. Italia le inspiró a componer, pero como él mismo dijo: “La música no la he encontrado en el arte en sí, sino en las ruinas, los paisajes y la alegría de la naturaleza”. La Sinfonía núm. 4, ‘Italiana’ de Mendelssohn. ‘Italiana’ tuvo un gran éxito desde el día del estreno, en gran parte debido a la gracia y la belleza del primer movimiento, a la dulce balada del segundo y a la enérgica tarantela napolitana que la cierra. La ejecución fue maravillosa.

Muy divertida la siguiente pieza en la que Jesús Reina hizo una entrada con el sonido de los pájaros que recordaba de su infancia y continúo con el romanticismo que le caracteriza en su interpretación al violín. En la segunda parte, la orquesta interpretó diferentes piezas y concluyó, como homenaje al compositor que da nombre a la orquesta, con Schubert.

Una noche deliciosa para seguir amando la música clásica.