La entrañable ‘Circlassica’ llena el Auditorio con su homenaje a Miliki y a los payasos

“¡Hola Don Pepito, hola Don José!” era el saludo que varias generaciones de españoles cantaban al llegar a casa a sus padres, tras la jornada de mañana y tarde de clase, antes de merendar y sentarse delante de la televisión para ver ‘Los payasos de la tele”. Gaby, Foto, Miliki, Fofito, y un pequeño escarceo de Milikito, a la postre el conocido Emilio Aragón, llenaron los hogares con su ternura, buenas canciones, acrobacias y el amor por el circo.

El homenaje de Emilio Aragón a su padre Miliki, ‘Circlassica’, que se ha programado en el Auditorio Maestro Padilla, desde el pasado jueves hasta hoy, domingo, es también un reconocimiento a los clásicos payasos, esos actores que con su humor y amabilidad han hecho disfrutar a diferentes generaciones de niños, y que hoy en día siguen divirtiendo a los más pequeños.

Al Auditorio han acudido, a los diferentes pases, familias enteras, padres e hijos, y la verdad era difícil saber quiénes disfrutaban más. Los adultos han revivido con añoranza su infancia y han compartido con sus hijos algunos de los momentos más mágicos de su niñez, cantando ‘Susanita tiene un ratón’, ‘Mi barba tiene tres pelos’, ‘Feliz en tu día’ o ‘Había una vez un circo’. Por su parte, los más pequeños han descubierto, en muchos casos, el entretenimiento del circo, han reído con las peripecias de los payasos y han pasado dos horas geniales con sus progenitores.

La escenografía envuelve a los espectadores en el mundo mágico que cuenta la historia, un niño de siete años que sueña con ser payaso. Su deseo es hacer reír a la gente y componer canciones, y así poder viajar por el mundo cantándolas en su maravilloso circo. Una noche escribe su deseo en el ‘Libro de todos los viajes’ y su poder es tan fuerte, que su mundo se llena de luz, sonido y color: acróbatas, músicos y trapecistas inundan su universo…

Le acompañan en el viaje dos personajes, Don Pepito y Don José, que recuperan el papel del payaso clásico, olvidado con la modernidad de los espectáculos circenses. Brillantes en su conexión con públicos de diferentes edades, en su capacidad para interpretar, en su humor y en su autenticidad a la hora de transmitir ternura.

Junto al hilo conductor y las canciones que tantas generaciones han tarareado, el público ha admirado y aplaudido diferentes espectáculos de acrobacias, de una gran calidad, donde el talento, la habilidad y la fuerza se han combinado.

Durante las dos horas, con descanso de quince minutos de ‘Circlassica’, los almerienses pudieron disfrutar con una de las programaciones estrellas del invierno del Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería. 120 minutos que se pasaron volando a los ojos de padres e hijos, los cuales han podido compartir la experiencia mágica del circo, en un merecido homenaje de Emilio Aragón a su padre Miliki y ese fenómeno que fueron ‘Los payasos de la tele’.