‘La Desnudez’ deconstruye la relación en pareja en una poética coreografía, anoche en el Maestro Padilla

Los premiados bailarines Daniel Abreu y Dácil González imprimen intensidad técnica y estética al bello montaje, acompañados de la música en directo de Hugo Portas

Deconstruir la relación en pareja, despojándose de la ropa, física y metafóricamente, para viajar por la montaña de sentimientos que se viven a lo largo de los años, con el fin de edificar la esencia del amor. Es la propuesta que la compañía de Daniel Abreu compartió anoche en el Auditorio Maestro Padilla. Un poético montaje, con una escenografía minimalista, centrada en las dos personas, unos bailarines de prestigio, Daniel Abreu, Premio Nacional de Danza 2014, y Dácil González que acaba de recibir también el Premio Nacional de Danza 2019, con la música en directo de la tuba interpretada por Hugo Portas.

El resultado es una coreografía llena de belleza estética y técnica, en la que ambos bailarines saben imprimirle la intensidad que requiere cada momento, para conseguir involucrar al espectador en esta relación. Movimientos coordinados, cargados de emociones, donde los dos bailarines viven escenas de alegría combinadas con otras de gran dramatismo. Abreu y González van construyendo a lo largo de la narración algo líquido, como es la sociedad moderna, y son contemplados por el espectador con empatía, reflejándose en las fotos fijas de cada coreografía.

Calor, sudor, esfuerzo, abrazos, expulsión, caricias, un juego con el tiempo y el ‘somos dos’, en un intercambio de movimientos para deconstruir la relación en pareja con el objetivo de crear un amor duradero.

El montaje se arropa de apenas unos elementos escenográficos. El negro de una gran tela y unas largas varas de madera, que juegan con la iluminación y la música. Porque, por encima de la historia que el coreógrafo Daniel Abreu ha querido contar, se puede disfrutar con una auténtica lección de danza contemporánea. Espectacular la coordinación de ambos bailarines, las figuras imposibles realizadas con el ‘tempo’ adecuado para reflejar el estado de ánimo en el que se encuentra la pareja, la capacidad física para ejecutar los momentos más atormentados, la sensualidad que transmiten en otras escenas, la versatilidad de su danza, y la perfección técnica con la que trabajan en todo el montaje. Daniel Abreu y Dácil González estuvieron brillantes. De principio a fin.

A este juego de baile y sentimientos se une la música en directo de un instrumento poco convencional como es la tuba, interpretado por un maestro como es el gallego Hugo Portas, que aporta sonidos barrocos para una coreografía contemporánea. Portas también viaja desde el mero espectador musical a ser el hilo que une a la pareja, y encaja a la perfección en la historia.

‘La desnudez’ venía precedida de excelentes críticas, avalada por tres premios Max. Dos años de análisis e investigación, otros dos de gira por toda España, en una sobresaliente exhibición de baile contemporáneo, técnica, estética y física.

En definitiva, Daniel Abreu y Dácil González consiguen con ‘La desnudez’ abrigar al público con la pasión, armonía y emoción que respira la danza contemporánea, anoche, en el Auditorio Maestro Padilla, dentro de la programación de otoño del Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería, y bajo el paraguas del ‘Platea’ del Inaem.