José Mercé une el quejío flamenco con los patrones urbanos en un concierto redondo en la ‘Primavera en las Almadrabillas’

‘Aire’. Ese es uno de los temas más reconocidos de José Mercé, con el que cerró el concierto, antes de un nuevo bis, y que refleja perfectamente su forma de ver la vida. El cantaor jerezano camina desde hace años a su aire, con una renovación constante de este género, que es patrimonio inmaterial de la humanidad, en cada disco y en cada gira. Pero lo realiza desde el respeto a la tradición e incorporando con sabiduría nuevos sonidos. La actuación de anoche, dentro del ciclo ‘Primavera en las Almadrabillas, organizada por el Área de Cultural del Ayuntamiento de Almería, con la colaboración de la Autoridad Portuaria de Almería, es un nuevo ejemplo.

Los almerienses pudieron disfrutar de dos conciertos en uno. En el primero compartió todos los temas de su nuevo trabajo, publicado en 2022, y de nombre ‘El Oripandó’, con producción de Antonio Orozco, donde une el quejío flamenco con los patrones urbanos. Ocho temas y unos 45 minutos, que, tras los aplausos, ha continuado con voz y guitarra, sentado junto al tocaor Manuel Cerpa, donde ha interpretado los palos más flamencos, seguido de algunas de sus composiciones más reconocibles. Más de hora y media que han entusiasmado a un público entregado, el que se encontraba su amigo Tomatito y el concejal de Cultura, Diego Cruz.

De esta manera, el día lluvioso dio paso a una noche agradable para disfrutar de un jerezano, que como confiesa “de corazón me siento muy almeriense desde hace años”. Y es que sus visitas y compromiso con esta tierra lo demuestra día a día.

Se le veía feliz y con ganas de compartir su relato personal transformado en canciones a través de ‘El Oripandó’. Un álbum diverso, producido por Antonio Orozco, donde Mercé despliega su gran capacidad para aflamencar cualquier género y, a la vez, dejar patente que sigue siendo una de las grandes figuras de este milenio. El cantaor jerezano es una leyenda viva del cante flamenco, que se permite desde el conocimiento más puro y jondo, las experimentaciones, como hicieran en su día Camarón de la Isla o Enrique Morente, como las que presenta en ‘El Oripandó’.

En los ocho temas enlaza los cantes de la fragua con los patrones urbanos, viajando por el rap, la instrumentación sinfónica, la música electrónica o el rock andaluz, entre otras arriesgadas propuestas, que siempre resuelve con profesionalidad y sabiduría. Abrigado por el Cable Inglés, comenzó con ‘Preludio de un día’, una taranta llena de ritmo, para adentrarse de lleno en el cante más emocional del disco, ‘Jamás desaparece lo que nunca parte’, una bulería por soleá donde reflexiona sobre la trágica muerte de su hijo. Una forma de entregarse al público, que con él vive este trance que aún perdura en su memoria. Siguió con ‘Cuando todo empieza’, mientras conversaba con el público sobre lo bien que se come en Almería, “ayuda a aclarar la voz” o agradecía la labor del concejal de Cultura, Diego Cruz, o la presidenta del Puerto, Rosario Soto, responsables de las entidades que colaboran en el ciclo de conciertos ‘Primavera en las Almadrabillas’.

Siguió ‘Tengo cosas que contarte’, donde enlaza el flamenco con la electrónica y el rap en un diálogo virtual con Mala Rodríguez. Hay que recordar que, en el disco, en este tema colabora Tomatito. ‘Si tú me lo pides volvería a empezar’ hace un inventario de las fatigas profesionales de los artistas, y lo realiza con la luminosidad de su espléndida voz.

‘Cincuenta primaveras’, dedicado a su mujer, presente en el concierto, tiene como colaborador en el disco a José del Tomate, que no pudo acompañarle por indisposición; ‘El Caminante’ es una bulería rockera; y concluyó con ‘Alegría’, un canto a la vida. Sobre el escenario, Mercé estuvo acompañado por una amplia banda, desde piano a guitarra eléctrica, con un coro de tres voces, y más de diez músicos.

El público ya estaba satisfecho, feliz de compartir este disco autobiográfico con José Mercé, quien avisó que en la segunda parte iba a dejarse llevar por las sugerencias y los palos más flamencos, así como los cantes que todos desean volver a escuchar. De esta manera, arrancó de nuevo con ‘El breve espacio en que no estás’ de Pablo Milanés, dejó un espacio personal al tocaor Manuel Cerda, que interpretó con maestría unas bulerías, para sentarse a su lado y ofrecer el tramo con más quejío: malagueñas, soleás, y fandangos, muy aplaudidos, y otra vuelta de tuerca con ‘Tu frialdad’ y un pupurrí de sus éxitos. El concierto se despidió, por votación popular, con ‘Al alba’ y ‘Aire’, convertidos ya en himnos, y cuando el público ya se iba a levantar hizo un último regalo, un fandanguillo, que de nuevo puso en pie a sus entregados seguidores.

José Mercé, de nuevo, ha regalado a Almería un concierto donde enriquece el flamenco con otros estilos musicales. Un recital en el que ofrece temas para cada gusto, desde el quejío más sentido a la canción moderna. Pero siempre con la calidad de una materia primera reconocida, su voz, y una personalidad arrolladora. Un cantaor muy querido en Almería, y que corresponde con arte en cada actuación.